lunes, 2 de marzo de 2009

Cinco razones para descartar la compra de una vivienda en 2009

El deterioro económico no se detiene y el desemplo continúa su carrera al alza. Mientras, las estadísticas, tanto oficiales como oficiosas, constatan la progresiva caída del precio de la vivienda. Así las cosas, si trasladamos un artículo de Amy Hoak en MarketWatch a la situación española, parace que hay razones por las que merece la pena aplazar la compra de una casa.
Los precios siguen bajando
Las cifras que se conocen mes a mes indican que la trayectoria descendente de la vivienda está lejos de haber encontrado suelo. De hecho, el Gobierno reconoció en enero el primer abaratamiento oficial del metro cuadrado en términos interanuales desde el año 1993. Los datos venían a confirmar lo que estudios privados llevaban manifestando desde hacía meses.
Eso sí, los números no coinciden. Por poner un ejemplo, la tasadora Tinsa establecía una caída del 8,8% en 2008 con respecto al año anterior, mientras que el Ministerio de Vivienda situaban este descenso en el 2,8%.
Con todo, lo que parece claro es que comprar ahora supone invertir en un activo que tiene muchas papeletas para seguir depreciándose. "El precio cae entre un 1,2% y un 1,4% mensual", lo que sitúa al mercado residencial español en una "tendencia clara" a la baja, según el director general de Tinsa, Luis Leirado.
En su opinión, si se sigue a este ritmo la caída podría llegar al 20% a finales de año.
Difícil financiación
El constante descenso del precio de los inmuebles no es la única razón por la que es conveniente alejar las manos de un contrato de compra, al menos por ahora. La actual restricción de crédito está complicando, cada vez más, acceder a una hipoteca. Para evitar un desaforado aumento de la morosidad, las entidades financieras han endurecido su política de concesión de créditos.
Para comprobar este hecho, no hay más que mirar las cifras. De acuerdo con el Consejo General de Colegios Oficiales de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API), más de la mitad de las hipotecas solicitadas en 2008 fueron rechazadas. El matiz que añade API a su informe es que se trataba de peticiones de personas solventes, que sólo un año antes habrían obtenido el dinero sin dificultad.
Por otra parte, las tasaciones se han metido en cintura y la cantidad concedida a los pocos afortunados tampoco alcanza los niveles de antaño. De esta forma, resulta casi imposible financiar la compra de una vivienda, salvo excepciones de boyantes cuentas corrientes o herencias inesperadas.
El misterioso caso del euribor
Pero el problema de la financiación no se limita a sobervivir a la criba impuesta por bancos y cajas. Aquellos que obtengan el visto bueno de la entidad, tendrán que hacer frente a un plazo sólo apto para personas longevas -BBK ofrece una hipoteca a cincuenta años-, así como a cantidades ingentes de intereses.
Hoy, el euribor a 12 meses, la referencia a la que está vinculada la mayoría de las hipotecas a tipo variable en España, se ha situado en el 2,165%. Este nivel coloca la media mensual en el 2,213%, la más baja desde junio de 2005. La tasa no ha dejado de reducirse desde el pasado 10 de octubre, lo que ha favorecido a todos aquellos que debían revisar sus hipotecas tomando como referencia alguno de estos meses transcurridos.
Sin embargo, el techo es un poco más elevado para los que acuden a su sucursal correspondiente a pedir un préstamo a la vivienda. El motivo es que las entidades no están recortando el tipo de interés que aplican a sus hipotecas con la misma velocidad que cae el euribor.
Desempleo masivo
Perder el empleo se ha convertido en los últimos tiempos en una posibilidad muy real que puede llamar a cualquier puerta.
En un principio parecía que iba afectar sólo al sector de la construcción y al inmobiliario, donde atacó con fuerza provocando una agresiva destrucción de puestos de trabajo que todavía continúa. Pero el avance de la crisis ha evidenciado que no hay una sola actividad que no sea susceptible de ajustes de plantilla. Industria y servicios son testigos de ello.
Y las previsiones para este año no contemplan una mejora de la situación, más bien al contrario. Los últimos datos oficiales difundidos por el Ministerio de Trabajo cifraban el número de parados de enero en más de 3,3 millones. Y para mitad de año se estima que el número ronde los cuatro millones.
Así las cosas, pensar en una inversión tan cuantiosa como la adquisición de una casa prácticamente pasa al olvido, tanto para los que han perdido su empleo como para los que piensan que podrían correr la misma suerte. La incertidumbre no es amiga de los negocios.
Mejor ahorrar que comprar
Con este panorama, parece más sensato conservar los ahorros a buen recaudo y esperar a que las condiciones sean más adecuadas.
Por muy seguro que se esté de que se mantendrá el empleo o de que se consiga una hipoteca, es prudente mantener un fondo de reserva para cualquier imprevisto que pueda surgir -goteras, avería en el coche, factura dental...-.
De lo contrario, si las cosas se salen de lo estimado, no se contará con liquidez suficiente para afrontar los pagos extra, y los últimos acontecimientos han puesto de manifiesto que llevar un nivel de vida superior a las propias posibilidades puede derivar en un colapso financiero familiar.

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