domingo, 29 de marzo de 2009

La Junta convertirá las torres de defensa de Cádiz y Huelva en museos

Finales del siglo XVI el rey Felipe II mandó construir una serie de torres para proteger la costa atlántica de los ataques de piratas, que fueron diseminadas en 117 kilómetros de las costas de Huelva y Cádiz, y que algunas actuaciones intentan rescatar convirtiéndolas en museos para las futuras generaciones. La más reciente es la que acometerá la Consejería de Cultura en la torre almenara de Canela, en Ayamonte, para convertirla en espacio expositivo, recuperándose la división interior, el antiguo pozo y mejorando toda la zona del entorno para adecuarla a las características de la edificación. Antes de esa idea, el Ayuntamiento de Punta Umbría ya puso en valor su torre hace años para que pudiese ser visitada, y Endesa se hizo cargo del mantenimiento de la de Lepe.
En Ayamonte, el proyecto de rehabilitación de la Torre, monumento declarado bien de interés cultural, ha sido redactado por el estudio de arquitectura de Ana Mateos y destaca por restituir la bóveda que inicialmente tuvo la torre en su interior y la unificación de texturas en los paramentos exteriores. Las obras que se van a acometer por parte de la Junta a vienen a complementar las actuaciones de emergencia que hace unos años realizó el Ayuntamiento de Ayamonte para hacer accesible a los visitantes la torre.
Estudios anteriores
Si enigmáticas son las torres en pie, más enigmático es saber dónde estaban las ya desaparecidas, como la de Cartaya, donde el periodista Jordi Landero publicó un informe que explicaba que «existía una zona de piedras a la que llamaban Piedras de Misa Nueva, mientras que otros testimonios aseguran la presencia hasta hace poco, en otra localización del mismo tramo, de una gran piedra a la que llamaban Piedra Gorda».
Su ubicación es además un referente para la topografía de la zona, ya que la de Lepen, denominada Del Catalán, se encuentra en una mpontaña de 500 metros en la playa, pero hace 500 años era un acantilado, con lo que el vigía tenía perfecta visión. Ésa era la idea de Felipe II, cuando en la segunda mitad del XVI mandó construir torres de almenara en el segmento de la costa desde la desembocadura del río Guadiaro, En Cádiz, hasta el cabo de Santa María, en Faro (Portugal).

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